Sentirse enfermo,
perder todo lo que uno posee,
perderse a sí mismo en pos de la nada.
Indefenso, solo, moribundo, triste...
Enajenado por el tiempo; éste al corromperse
suelta un haz, un hálito de rencor indescriptible.
Es mi sombra la que me recuerda en la mañana,
para hacer temblar al miedo de sí...
Por la noche todo es oscuridad tenebrosa,
terminaré por volverme loco, hasta que el olvido me lleve.
Perdón, perdón a ti, perdóname
aunque sólo sea en el silencio.
Necesito tu libertad para ti
y volar en el lamento
de que todo cambia,
que yo soy el dolor y tú la bendición,
que yo soy el pasado y tú el presente que renace a cada instante.
Derrama ese último suspiro que te oprime el pecho y libérate,
ser como eres es tú destino, yo sufro la condena de mis pensamientos.
Terminaré esto que te hablo,
rompiendo la llave que nos une,
para renacer de nuevo como un ave fénix,
en medio de un tumulto ciego y oscuro.
J.