Accedo a pensar en que un futuro distinto es posible,
aunque personalmente no lo conozco.
Soy libre tanto de pensamiento como de determinismo,
pues me sitúo en la desgracia, sin miedo a caer.
Perezco junto al mártir que llora a su hijo muerto,
y siento su dolor en lo más profundo del ego humano.
Mis lágrimas, no palian mi sufrimiento, ni el ajeno,
acrecentan las ganas de padecer mil lamentos más.
Qué terrible es esta soledad inacabada,
porque de principio a fin
se abren las puertas de otro mar hacia el norte.
Libérame esta noche de las cadenas de mí mismo,
libérate mente de tu crudo padecimiento,
que aunque nada toque tu nefasto orgullo,
todo y repito todo carece de sentido alguno.
J.
1 comentario:
No sirve la negación ante el despropósito, no sirve la sonrisa frente a la lágrima
El hecho consagrado dificulta la salida, si, pero la resignación ante la no-libertad se impone como aquel muro extremista. Y hablo de vergüenza, no de venganza.
Odiosa es la definición, me quedo con la mera imposición de un tiempo único. Basta ya de crear conciencia, empecemos por la inocencia, sigamos con la benevolencia y acabemos, otra vez, en la in-competencia
Tremendo aquel tiempo, en donde los sueños eran sueños y la vida no existía.
Publicar un comentario