Haz de mí el retorno, que una bella flor sea capaz de matar al silencio y su hermosura prevalezca por siempre; sólo de ese modo hallaré el destino y la vida. Palpa los miedos y haz que crezcan las caricias frente a la impunidad de la lujuria...haz temblar al asesino, a Dios inexistente, que se suicidó a la vez que el hombre, pues el producto de la esperanza no es eterno ni infinito...
No temo a lo desconocido...sólo temo ser marioneta de trapo, aceptar la desdicha y creerme las mentiras. Prefiero no tener vida y crearme la mía propia, para sí al final no tener miedo de que acabe, pues carece de sentido.........yo permaneceré en silencio...a la espera de que sea distinto.
J.
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