viernes, 17 de octubre de 2008

Siento el olor de la humedad aunque todo esté seco, todo menos yo que estoy empapada.
Me encuentro sentada en un banco de madera en mitad de una explanada.
El cielo gris azulado y plagado de nubes parece encontrarse a solo diez metros sobre mi cabeza.
Me perturba el silencio. No hay nada alrededor; ni siquiera oigo palpitar mi corazón.
Quiero levantarme y no puedo.
Me miro el cuerpo y mana agua de él encharcando el suelo, pero no se oye el sonido de esta caer.


Loa

No hay comentarios: