domingo, 19 de octubre de 2008

La Sinceridad del Arte...

Jamás la mano que toca se hace dueño del objeto que perpetúa, y pese a la sinceridad del tacto...las cadenas no atrapan al inconsciente, sino que éste lo hace perecedero de su textura.
Como el cuadro que miramos de frente y nos hace libres, cerramos los ojos contra el miedo...y como la pintura que recorre ese instante, la libertad del más desdichado se ve en peligro...pues el espacio que separa al hombre de su lienzo puede ser inmenso, por el miedo de ser pertenecido y de no hacer perpetua la caricia de la mirada, frente al instante que recorre el corazón del artista.


J.

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